Se fue el “mejor equipo de los últimos 50 años”, se terminó.

Ya no vamos a tener que soportar a esa mezcla de CEOs y patroncitos de estancia, representantes de la oligarquía neoliberal tan de los ‘90 y la derecha recalcitrante en la Casa Rosada. Ese presidente que cuando asumió llamo a la “unidad” y por la pobreza cero, pero cuando perdió una elección culpó a la gente y nos mandó a dormir.

Fueron cuatro largos años, y nos dejan los peores datos de inflación, desempleo y pobreza en mucho tiempo, de los que va a costar mucho salir. También dejo un dólar espectacular para los negocios y una mano de obra baratísima. En campaña decía que la inflación era fácil de manejar y terminó la carrera presidencial con homenajes a la Pacha Mama. Siendo gobierno nos taladró el cerebro con el “si se puede” mientras sus amigos, o la familia hacían negocios y muchos/as iban cayendo bajo el índice de la pobreza. Cuando se le complicó, usó los vallados y los hidrantes. Pero ya está, se terminó el mandato, esa frivolidad y falta de empatía no tenemos que soportarla más.

Se terminaron los globos amarillos.

Se fueron y desde Comodoro Py los irán llamando de a uno al mismo tiempo que se fortalece una “justicia independiente”.

Y cómo se terminó, la democracia nos dio nuevos gobernantes. Pero éstos son, claramente, distintos.

El presidente “de la unidad de los argentinos” llegó manejando el automóvil por sus propios medios desde su casa en Puerto Madero hasta el Congreso, como diciendo “soy un tipo común” para jurar por Dios, la patria y los santos evangelios, cantar a favor de un General del Ejercito, y citar al Papa para llamar a terminar con el hambre y a la “unidad” de los argentinos y para demostrarlo estaban ahí esa mezcla de CEOs y patroncitos de estancia, representantes de la oligarquía neoliberal tan de los ‘90 y la derecha recalcitrante en la Casa Rosada desde Menem a Tinelli. Habló de muchas cosas haciendo hincapié en los más postergados, mencionó al pobre de Piñera que no pudo viajar, enfatizó la solidaridad con los/as que no tienen un techo para dormir y se despidió mandándonos a trabajar, con canciones de Los Redondos y La Renga envuelto en un impresionante show de fuegos artificiales. Una plaza llena de gente y globos de distintos colores.

¿Y los/as anarquistas?

Como siempre, en otras cosas. Seguramente seguirán siendo “los infiltrados”, los/as que “le hacen el juego a la derecha”, sin vender ninguna novedad porque la propuesta es siempre la misma, la solidaridad y la acción directa. Porqué no tienen Dios, ni patria, ni bandera, y no son de ir a dormir ni a trabajar cuando los manda el patrón. Sólo buscan, por ahora, pinchar esos globos. Sin importar el color.