“Dado que la Provincia es un baño de sangre, y nuestra visión sobre cómo afrontar el problema es tan distinta y usted claramente no puede resolverlo (si no pudo administrar un bar menos una provincia), dado que está admitiendo su fracaso, si le interesa el bienestar de los bonaerenses córrase del camino (esto es, renuncie) y déjenos intervenir la Provincia. En un año nosotros vamos a terminar con la violencia”. Presidente Javier Milei.
“Si usted mira cualquier encuesta, dice que quien está en condiciones de arreglar la inseguridad en la Provincia es el gobierno del presidente Milei y el Ministerio de Seguridad nacional. Todos lo dicen, lo dice la sociedad en un 80 por ciento”, afirmó la ministra Patricia Bullrich sin citar ninguna fuente.
“Aprovecho para decirle al gobernador Kicillof que mientras siga sosteniendo que los delincuentes, los asesinos y los violadores son víctimas del sistema, en línea con el wokismo jurídico de Zaffaroni, no solo no tenemos nada para conversar, sino que además quiero decirle que jamás resolverá el gravísimo problema de inseguridad de la Provincia”, dijo el presidente en su discurso de apertura de sesiones ordinarias al anunciar “la reforma del Código Penal más importante de los últimos cien años”.
Jeremías Sosa, oriundo de Misiones, había viajado a la provincia de Buenos Aires para trabajar en una obra y reunir dinero para el cumpleaños de 15 de su hija. Durante una visita a su hermana en la localidad de Olivera, sufrió un ataque de pánico y salió a tomar aire. Al asustarse por el ruido de una moto, comenzó a correr, lo que llevó a que un grupo de vecinos lo persiguiera, lo atara a un poste y lo golpeara hasta matarlo, creyendo erróneamente que se trataba de un ladrón.
“Me levanto a las mañanas y todavía creo que voy a recibir su mensaje, porque él todos los días me mandaba un mensaje en el que me decía ‘buenos días mi amor’, me mandaba una foto de la obra, que estaba arrancando su mate para empezar a trabajar” “Tenemos un comedor comunitario y quería armar una fundación. Lo hacía todo a pulmón. Buscaba sacar a los chicos de la calle, para que no anden solos dando vueltas. Los llevábamos a la iglesia, a la plaza, este verano los llevamos a acampar. Los chicos están destruidos” contó Carolina, esposa de Jeremías.
Según pudo saber TN a través de una fuente clave del caso, la víctima no tenía denuncias en su contra ni tampoco se reportó ningún robo en la zona en los instantes anteriores al hecho.